KATY JURADO: GOOGLE CELEBRA NONAGÉSIMO CUARTO ANIVERSARIO DE SU NACIMIENTO

Katy Jurado, la bella mexicana de los papeles complicados en Hollywood
Con su talento abrió las puertas de la meca del cine a sus sucesoras y hasta consiguió un Globo de Oro y una nominación a los Oscar.

Katy Jurado tuvo un talento innato y un carácter tan fuerte que desde pequeña supo lo que quería ser. Ni la oposición de su familia pudo con su sueño de ser artista y hasta firmó su primer contrato en secreto. A partir de ese momento, el tópico de ‘meteórica carrera’ se hizo realidad con el nombre artístico de Katy, porque no solo triunfó en la considerada como Época de Oro del Cine Mexicano, sino que dio el salto a Hollywood y demostró sus dotes interpretativas a pesar de su escaso nivel de inglés.

Su memoria prodigiosa en la pronunciación y su belleza hicieron el resto para granjearse papeles complicados que requerían talento, premios y fama internacional y también amistades que fueron algo más en el caso de actores de alto nivel como Marlon Brando y John Wayne.

El papel de mujer fatal con el que logró hacerse en un hueco en el cine dio después paso a una gran variedad interpretaciones que contribuyeron a abrir después las puertas a sus sucesoras de habla hispana en la meca del séptimo arte.

María Cristina Estela Marcela Jurado García, su verdadero nombre, nació el 16 de enero de 1924 en Guadalajara, Jalisco. Su padre, Luis Jurado Ochoa, era abogado y terrateniente, y su madre, Vicenta Estela García de la Garza, fue cantante y trabajó en la XEW, la estación radiofónica más importante de América Latina en su momento, por lo que se puede decir que tuvo una infancia desahogada.

Sus lazos familiares, además, fueron de lo más curiosos, ya que su abuelo era de origen español, su tío -hermano de su madre-, fue el músico Belisario de Jesús García, autor de canciones populares mexicanas como Las cuatro milpas y un primo suyo fue Emilio Portes Gil, llegó a presidente de México entre 1928 y 1930.

Katy tuvo dos hermanos, Raúl y Óscar Sergio. Estudió en un colegio religioso dirigido por monjas teresianas en la Ciudad de México y también cursó la carrera de secretaria bilingüe porque ella deseaba convertirse en abogada. Sin embargo, con su belleza adolescente, numerosos productores y directores pronto se interesaron por ella para que debutara como actriz, aunque sus padres nunca lo vieron con buenos ojos. Uno de los interesados fue el afamado director Emilio ‘El Indio’ Fernández, quien le ofreció un papel en La Isla de la Pasión (1941), pero a pesar de que su padrino de 15 años fue el actor Pedro Armendáriz, la negativa de sus padres para que se dedicara al cine fue definitiva.

Dos años más tarde a Katy le ofrecieron otro papel destacado en No Matarás, y esta vez aceptó realizarla sin el permiso de sus padres que, cuando se enteraron, amenazaron con meterla a un internado en Monterrey. Lejos de obedecer, la joven rebelde se casó a escondidas con el aspirante a actor Víctor Velázquez, que le sacaba 13 años. Velázquez apoyó la entrada definitiva de Katy en el cine y comenzaron a llover los papeles: Internado para señoritas, Rosa del Caribe, Guadalajara, pues, El último chinaco, Hay lugar para dos, Nosotros, los pobres…

Katy se especializó en interpretar a mujeres perversas y seductoras en una amplia variedad de películas, pero no solo tenía presencia física, sino un gran talento y además una memoria prodigiosa. Ella mismo lo decía: “Sabía que mi cuerpo era provocativo, pero también que no era bella, aunque sí, reconozco, mi tipo era distinto y muy sensual”. Sin embargo, su éxito como actriz no fue acompañado en su vida personal, ya que a pesar de tener dos hijos, su matrimonio naufragó y a los tres años de casada se divorció de Velázquez.

En pocos años alcanzó gran popularidad durante la llamada Época de Oro del Cine Mexicano por esa caracterización de villana y ‘femme fatale’, así que no le costó dar el salto a Hollywood. Hasta ese momento, Katy también trabajó como columnista de cine, periodista de radio y crítica taurina para mantener a su familia. Pero en 1951, gracias en parte a su gran afición taurina, estrenó The Bullfighter and the lady (Tarde de toros, en España), cuyo guion tuvo que aprenderse fonéticamente, ya que su conocimiento del inglés era bastante limitado en ese momento.

Su trabajo atrajo la atención de más productores y uno de sus papeles fue en el western High Noon (A la hora señalada pero conocida también como Solo ante el peligro), protagonizado por Gary Cooper y Grace Kelly. Katy Jurado se esforzó por aprender a hablar inglés para el papel y su gran interpretación le valió un Globo de Oro a la Mejor Actriz de Reparto y el reconocimiento unánime en Estados Unidos.

Ese mismo año hizo también la película El Bruto, de (Luis Buñuel), en la que consiguió todos los premios. Así que ese año (1952) realizó, como reconoció ella después, “dos de las películas más queridas de mi vida, una en Hollywood y otra en México, y ambas premiadas en todos los aspectos”.

En 1954 el fotógrafo mexicano Gabriel Figueroa y la bella Dolores Del Río fueron llamados por la Twentieth Century Fox para participar en la superproducción Lo que la Tierra Hereda, pero la oficina de migración norteamericana les negó la entrada al país y la Fox llamó a Katy Jurado para que encarnara a la esposa india del patriarca, interpretado por Spencer Tracy. La película fue nominada a dos Oscar: Mejor Guion Original a Philip Yordan, que lo obtuvo, y Katy Jurado a Mejor Actriz Secundaria, que no ganó, porque esa estatuilla fue a parar a Eva Marie Saint.

Su trabajo y su fama la relacionaron con todas las estrellas de Hollywood del momento. Con muchas fue amistad, pero con otras mucho más: se cuentan entre sus conquistas, además de Marlon Brando, a Frank Sinatra, Tyrone Power, Sammy Davis, Burt Lancaster, John Wayne, su paisano Anthony Quinn y hasta a Elvis Presley, con quien trabajó en la película Stay Away Joe.

El segundo matrimonio de Katy Jurado fue con el actor estadounidense Ernest Borgnine en 1959. Se conocieron en 1954, durante el rodaje en México de la película Vera Cruz. Sin embargo, la pareja terminó divorciándose en 1963, en palabras de la propia Katy Jurado, porque “su celos e inseguridades convirtieron el matrimonio en un infierno”.

Katy Jurado también debutó en Broadway, hizo películas italianas y en los años 70 incluso proyectos para la televisión americana, aunque no dejó de lado el cine y siguió cosechando premios internacionales. En sus postreros años en activo realizó telenovelas en México y sus últimas películas fueron el western de The Hi-Lo Country, en Estados Unidos en 1998, y en 2002 la película Un secreto de Esperanza, de Leopoldo Laborde, y estrenada de manera póstuma tras la muerte de la actriz.

Además del Globo de Oro y la nominación al Oscar, Katy Jurado fue galardonada con cuatro premios Ariel otorgados por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Asimismo, tiene una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en 7065 Hollywood Boulevard, por su contribución al cine y fue homenajeada en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y también junto con otras personalidades del séptimo arte y también en la 75ª Ceremonia de los Premios Oscar de Hollywood.

En agosto de 1992 Katy Jurado viajó a Estados Unidos para recibir la Bota de Oro como reconocimiento por su participación en 15 westerns. Culminaba así el trabajo de medio siglo en el cine norteamericano de esta estrella mexicana de grandes ojos y sensual como pocas.

Katy Jurado padeció problemas respiratorios y del corazón en sus últimos años de vida. Falleció de insuficiencia renal y enfermedad pulmonar el 5 de julio de 2002, a los 78 años de edad, en su casa de Cuernavaca, en México y fue enterrada allí mismo, en el Panteón de La Paz.

Hasta el año 2003, cuando Salma Hayek fue nominada al Oscar como Mejor Actriz, Katy Jurado fue la única mujer mexicana en aspirar a dicho galardón. Después, en 2007, también fue nominada la actriz Adriana Barraza.

Más de 200 premios obtenidos alrededor del mundo, dos obras de teatro en Broadway, dos telenovelas de gran éxito en México y 67 películas conforman la trayectoria de esta mexicana que, si estuviera viva, hoy habría cumplido 94 años y que cautivó a Hollywood no solo por su belleza, sino sobre todo por su calidad artística e interpretativa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *