CAMARGO.-Tal y como fuera el legado de su fundador Don Horacio Bañuelos recientemente fallecido, la administración de la prestigiada empresa funeraria “San Isidro” absorbe al año el costo de entre 15 y 20 funerales de indigentes, abandonados y personas de las etnias que no cuentan con recursos ni familiares.
Fernando Aguilar,
empleado de la funeraria señala que la coordinadora de la tarahumara colabora
poco con la causa de los indígenas en esta región. A lo más, refiere, nos
llegan a apoyar con traslados, de ahí en adelante nada.
Por tan solo citar
casos recientes, Aguilar refiere que la administración de Funeraria San Isidro
se hizo cargo de los jóvenes tarahumaras quemados, del destrozado por el tren y
los dos niños fallecidos de neumonía y deshidratación. En todos los casos la
situación es la misma. Cero recursos para enfrentar la situación o soledad
total.
Sobre qué pasaría si la
funeraria no aporta la caja, las honras y los traslados en estos casos,
Fernando Aguilar no tuvo respuesta toda vez que es básicamente una norma
humanitaria inculcada por el fundador Don Horacio Bañuelos ofrecer siempre el
servicio sin preguntar la existencia o no de dinero. Asegura que son entre 15 y
20 casos al año los que la empresa debe solventar.
